Tasas turísticas: ventajas e inconvenientes

Por el 30 junio, 2011

El debate sobre la conveniencia del establecimiento de tasas en los destinos turísticos no es nuevo en España. Recientemente hemos vuelto a leer sobre ello debido al establecimiento de una tasa de pernoctación en Venecia. Inicialmente prevista para el 1 de julio, se ha pospuesto al menos hasta el 20 de agosto de 2011 ante el frontal rechazo de la Asociación Veneciana de Alojamientos. Roma y Florencia han puesto en marcha ya una tasa similar. En España, el debate sobre la financiación de los municipios turísticos viene de largo. El pasado año fue Barcelona quien trató de instaurar una tasa de estas características, con poco éxito.

Pero, ¿realmente son convenientes estas tasas? El cálculo, a priori, resulta sencillo. Un euro por cada pernoctación por, por ejemplo, 1.000.000 de pernoctaciones al año, pues 1.000.000 € para la administración local. Sin embargo, la realidad no es tan simple. El problema es que la tasa de pernoctación también puede desincentivar la actividad y tener un efecto adverso para la industria turística local. Los estudios realizados hasta la fecha tampoco dejan claro si la imposición de tasas suponen un beneficio o un perjuicio para los destinos: en algunos casos se alega que la demanda no se ve afectada por estas pequeñas cantidades; en otros, se demuestra que a largo plazo tienen un efecto negativo sobre el impacto económico del turismo en el destino.

Tasas turísticas: ventajas e inconvenientesSiguiendo con el caso veneciano podemos pensar que su demanda es inelástica, es decir, la gente quiere seguir yendo a conocer Venecia. Sin embargo, es de prever que una parte de la demanda con tal de ahorrarse la tasa prefiera pernoctar en Mestre o en Lido di Jesolo en vez de en Venecia, con lo que se fomentarán mayores porcentajes de excursionismo y se perjudicará a la hotelería de la ciudad, que es la que más beneficios aporta actualmente. Ante el firme rechazo del sector alojativo local se están buscando nuevas fórmulas más justas. Claramente este proceso participativo debía haberse realizado antes.

Además, no podemos olvidar el impacto negativo que sobre la imagen de un destino puede tener el hecho de cobrar una tasa de pernoctación. Por ejemplo, en 2008 la revista estadounidense SmartMoney presentó una clasificación de las 5 ciudades más caras para el viajero. Chicago aparecía ahí como la ciudad más cara, donde las tasas podían llegar a suponer hasta 45 dólares diarios de sobrecoste al viajero.

Por otro lado, es obvio que la instauración de este tipo de tasas de pernoctación o incluso sobre otros servicios como los coches de alquiler, o la tasa de entrada y salida, suponen un ingreso muy importante para las administraciones locales, que ven como hay un retorno claro sobre la actividad turística. Esto es especialmente interesante en destinos muy estacionales o aquellos que tienen un flujo muy elevado de excursionistas. Las entidades locales tienen cada vez menos margen de maniobra para continuar con su labor mientras tienen que asumir grandes costes vinculados a los servicios de seguridad, iluminación, recogida de residuos, aguas, etc. En los destinos con un peso elevado de 2ª residencia o de excursionismo, y con demanda muy estacional esta situación se hace ahora sostenible.

Un estudio elaborado por la London School of Economics para el World Travel & Tourism Council proponía cinco principios que deberían aplicarse para el diseño de tasas turísticas:

  • Equidad
  • Eficiencia
  • Simplicidad
  • Generación de beneficio justo
  • Estimulador de crecimiento

Tasas turísticasYo añadiría a estos principios el de participación del sector privado en la toma de decisiones. Pudiera ser que en un proceso consultivo previo se identifiquen otras fórmulas menos impactantes como, por ejemplo, la cofinanciación por parte del sector empresarial en determinadas acciones de promoción o la búsqueda de patrocinios. Otras medidas pueden resultar más obvias – y más complejas – como por ejemplo reducir la estacionalidad o fidelizar a los visitantes.

En cualquier caso creo que seguiremos oyendo hablar de este tipo de tasas, pero ¿quién lo pondrá el cascabel al gato? En la siguiente presentación tenéis un breve resumen de experiencias nacionales e internacionales:

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