Hace pocos días tomé un vuelo doméstico con la compañía Spanair volviendo de dar en Bilbao un curso a técnicos y empresarios de turismo. Era uno de esos vuelos en los que el aburrimiento se apodera de ti, así que me lancé a leer la revista corporativa. Normalmente no les hago mucho caso pero ese día lo necesitaba.
Uno nunca sabe de dónde puede llegar la inspiración para una nueva entrada al blog, y precisamente la revista me dio una idea. Dicha idea vino a mí tras ver el mapa de localización de las conexiones domésticas de Spanair:
Me sorprendió ver que buena parte de la península quedan sin servicio, reflejada en los rectángulos grises. Asumiendo que los aeropuertos dan cobertura a un radio de influencia, he trazado unos círculos para ver el territorio realmente no cubierto. El resultado es que Castilla-León, Navarra, Lac Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y una parte de Andalucía están obligados a realizar largos desplazamientos para optar a vuelos de Spanair. Los archipiélagos tienen, por el contrario una excelente cobertura. Galicia tampoco puede quejarse en este caso, a pesar de su endémica deficiencia de infraestructuras.
Desaparecen así, del mapa, ciudades tan importantes como Valladolid, Zaragoza o Pamplona. También podemos citar otras capitales autonómicas o provinciales como Almería, Logroño, Badajoz o León.
No tengo ninguna intención crítica, simplemente me sorprende. Entiendo que la selección de destinos se realiza en base a un criterio de rentabilidad, como no puede ser de otra forma. Pero… ¿de verdad a Spanair le resulta más rentable operar con aviones propios las líneas a Banjul (Gambia) o a Bamako (Mali) que a Valladolid?