El hecho de cocinar delante de los comensales es una tendencia que no es nueva; en el siglo pasado los grandes cocineros ya trabajaban la finalización de los platos delante de los presentes, haciendo una demostración de sus habilidades artísticas y culinarias. De hecho, el trabajo de los platos delante de los huéspedes fue lo habitual en el pasado hasta que los cocineros decidieron preservar sus secretos de las miradas indiscretas y resolvieron su encierro en las cocinas hasta convertirlas en sus feudos. Las cocinas se convirtieron en espacios aislados y sus profesionales en personas alejadas de los clientes que disfrutaban de su trabajo.
Los negocios tienen la necesidad de reinventarse y ofrecer nuevos atractivos a los consumidores.
Pero en el show cooking no sólo cuenta la habilidad profesional de los cocineros sino todos los elementos que rodean su actividad. El show cooking es una puesta en escena que debe cuidar todos los detalles para que el espectáculo tenga una buena acogida por parte del público. Es evidente que las materias primas que se expongan tienen que estar en buenas condiciones. ¿Se imaginan el efecto que tendría un pescado con las branquias pálidas, los ojos hundidos y unas escamas sin brillo, o una carne oscurecida? Evidentemente una materia prima como la descrita no puede utilizarse en un servicio de cara al cliente puesto que hundiría toda la puesta en escena. El trabajo a la vista es una garantía para el consumidor.
Los clientes también se ven favorecidos por la necesidad de extremar la demostración de que en todo momento la manipulación de los alimentos se realiza con el máximo respeto a los aspectos higiénico-sanitarios, eludiendo la sensación de incertidumbre que en relación a estos aspectos produce la cocina aislada en algunas ocasiones.
También se mejora, con la elaboración delante del público, los aspectos de uniformidad y presencia personal del personal de cocina. Sus atuendos tienen que estar en perfectas condiciones y utilizar los complementos necesarios en cada caso como son gorros, guantes, mascarillas,… La preocupación por la imagen conduce en algunos casos a modificar el atuendo habitual del personal de cocina para substituirlo por uno de diseño más llamativo y que realza la puesta en escena de los “actores”.
Hasta aquí todo han sido consideraciones sobre los soportes necesarios para que la interpretación de los actores sea un éxito. Pero nos falta hablar del papel de los protagonistas, el personal de cocina.
No es coherente preparar todos los elementos del attrezzo y no ocuparse de instruir a los actores del show cooking
A los cocineros, acostumbrados a trabajar en entornos aislados lejos del público, se les está demandando en el show cooking, que salgan a trabajar de cara al público, en un entorno al que no están acostumbrados y que les es hostil.
No es coherente preparar todos los elementos del attrezzo y no ocuparse de instruir a los actores, fuente principal del éxito o fracaso de la puesta en escena, no sólo por su capacidad de elaboración de platos, sino porque la relación que establezcan con el público será la que influirá directamente en el nivel de satisfacción de los comensales y porque gracias a esta relación pueden convertirse en claros prescriptores, lo que les confiere una gran oportunidad de incrementar el consumo de los clientes vía la venta cruzada (crosselling) o el mayor consumo en el restaurante (upselling), especialmente en los hoteles con una variada oferta de servicios. Los actores del show cooking pueden convertirse en unos grandes vendedores.
Los actores del show cooking pueden convertirse en unos grandes vendedores gracias a la relación que establecen con los clientes.
La gamificación es una técnica de formación muy eficaz para mejorar las técnicas y actitudes que el personal de cocina debe asimilar para convertirse en un buen actor/vendedor en un show cooking.
En definitiva, una buena formación del personal de cocina para que pueda trabajar cómodamente delante de los clientes y sepa interactuar con ellos de forma eficiente, es una buena inversión dado que les estamos proporcionando la herramientas necesarias para convertirles en unos generadores de satisfacción para los clientes, con las consecuencias favorables que ello tendrá en las redes sociales y en el boca-oído tradicional, y en unos prescriptores de primer nivel, gracias a la relación de confianza que establecen con ellos, que pueden impulsar ventas en el propio restaurante o, en el caso de que hablemos de hoteles, ventas de otros servicios que se ofrezcan en los mismos.