Visiones del Turismo

Reforzando la marca Europa

Hasta hace pocos días no había podido leer el documento elaborado por el Comité Económico y Social Europeo como respuesta a la comunicación de la Comisión Europea “Europa, primer destino turístico del mundo: un nuevo marco político para el turismo europeo”. En dicho documento, la Comisión planteaba diferentes actuaciones para el crecimiento del turismo en Europa, en torno a cuatro grandes ejes:

  1. Estimular la competitividad del sector turístico en Europa
  2. Promover el desarrollo de un turismo sostenible, responsable y calidad
  3. Consolidar la imagen y visibilidad de Europa como conjunto de destinos sostenibles y de calidad
  4. Maximizar el potencial de las políticas e instrumentos financieros de la UE para el desarrollo del turismo

Una de las debilidades asumidas en el documento es el de la necesidad de “mejorar la imagen de Europa y su percepción como conjunto de destinos turísticos sostenibles y de calidad”. Es decir, reforzar la maltrecha imagen de la Vieja Europa, especialmente de cara a mercados emisores tan importantes como Estados Unidos, Brasil China o India. En estos momentos la principal herramienta para paliar esta debilidad es el portal www.visiteurope.com gestionado por la European Travel Com

mission.

En su respuesta, el CESE acoge favorablemente la propuesta de la Comisión. Sin embargo, vuelve a mencionar una propuesta ambiciosa y compleja: la creación de una Agencia Europea de Turismo. En opinión del CESE, la creación de dicha Agencia impulsaría una estrategia común, dotada de acciones concretas y promovería una política activa destinada al crecimiento del turismo. Como es lógico, dicha Agencia “contaría con la participación de todos los agentes del sector turístico, federaciones empresariales, operadores privados, organizaciones sindicales, regiones y agencias nacionales”. Ahí es nada.

Mi duda es… ¿En qué medida deberían las agencias españolas, como TURESPAÑA, sacrificar competencias promocionales? ¿Quién marcaría la estrategia de productos o de mercados emisores? ¿Habría una sede central y oficinas nacionales? ¿En qué nivel quedaría la promoción de destinos regionales como Andalucía o Cataluña?

Probablemente se debería buscar el equilibrio en todas estas cuestiones y, quizás, se generarían sinergias interesantes. Quizás países europeos menos conocidos que España, Francia o Italia se beneficiarían. Pero también los grandes países turísticos se beneficiarían en mayor medida de su identificación con una marca Europa fuerte.

Muchas interrogantes para un proyecto ambicioso y quizás demasiado caro para los tiempos que corren. En todo caso será conveniente seguir atentos puesto que, de alguna manera u otra, acabará afectando a los destinos españoles.