La respuesta automática a esta pregunta sería…¡por supuesto! La alta cocina ha hecho mucho por nuestra marca país, ha convertido a nuestros cocineros en auténticos líderes de opinión. Muchos restaurantes españoles obtienen anualmente estrellas Michelin, tres restaurantes están entre los diez primeros de la polémica lista The World’s 50 Best Restaurants, Elena Arzak
Muchos de los que hayan vivido o viajado por el extranjero habrán tratado de buscar alguna vez un restaurante español en sus lugares de residencia. Resulta difícil, no hay muchos. En ocasiones mi experiencia personal ha distado bastante de ser satisfactoria. La dificultad para encontrar determinadas materias primas, la necesidad de fusionar la gastronomía tradicional con los gustos locales, o la variación de las recetas hacen que en muchas ocasiones resulte un tanto decepcionante.
Frente a gastronomías realmente universales como la italiana, la mexicana o la china (teniendo en cuenta por supuesto las diferencias por regiones de estos países), la española sigue siendo, en mi opinión, una gran desconocida. ¿Y qué se puede hacer para mejorar esa situación?
Hace ya unos cuantos años se llevó a cabo un proyecto piloto de implantación de la Q de Calidad en una pequeña muestra de restaurantes españoles en el extranjero, pero quedó en eso, en un piloto. El ICEX lo intenta con su portal http://www.foodsfromspain.com, y la iniciativa Saborea España también está tratando de dar a conocer nuestra gastronomía a través de acciones promocionales en mercados emisores como Reino Unido y Alemania. Hasta ahora, la mejor baza parece ser la del cocinero asturiano José Andrés, que ha logrado acercar la cocina española al gran público estadounidense.
Sería bueno que hubiera más restaurantes españoles por el mundo, restaurantes que ofrezcan platos tradicionales, esa cocina auténtica del día a día, y que sean los grandes embajadores de nuestros magníficos productos, nuestro aceite o nuestros vinos. Que ya hay mucho avispado hablando de las italian tapas. El que no corre vuela.