Turismo y emergencia climática, 2030 como año límite.

Por el 4 septiembre, 2019

El turismo es responsable del 8% de la emisión de gases de efecto invernadero. Este dato determina, aun más si cabe, la necesidad de que el sector del turismo continúe trabajando en aras de reducir el impacto negativo en el medio sobre el que se desarrolla la actividad.

El mar en el Ártico ha aumentado 2,2 milímetros por año en los últimos 22 años. Alrededor de 3 millones de hectáreas afectadas por los incendios forestales en Siberia. Olas de calor con temperaturas récord en Europa. La Amazonia ardiendo, y este verano, en Gran Canaria, nuestra isla de cuento, se vivió una pesadilla debido al incendio que arrasó más de 10.000 hectáreas y afectó entre ellos al Parque Natural de Tamadaba. Esta semana, el Huracán Dorian tomaba tierra en las Bahamas, convirtiéndose en el huracán más fuerte que ha golpeado a la isla.

Las situaciones anteriormente expuestas, entre otras, son ejemplos de las consecuencias de la emergencia climática ante la que nos encontramos.

En algunos casos, la ciudadanía responde incorporando hábitos más sostenibles en su día a día o determinados gobiernos y empresas privadas implantan medidas para la reducción de los efectos del turismo en el medio ambiente. Aunque, sabemos que esto no es suficiente.

Los jóvenes, un ejemplo a seguir en el camino hacia la sostenibilidad:

En cualquier tipo de actividad o servicio, el término sostenible es un “must”. Concretamente, en el sector en el que trabajamos, acuñar el término turismo sostenible haciendo referencia a él como si se tratase de una tipología turística más, es un error. Todo aquello que destinos y empresas ofrezcan a las personas que los visitan debe estar impregnado de sostenibilidad.

Cada vez son más los turistas que valoran las acciones sostenibles que el sector turístico desarrolla. Son los denominados, “viajeros sostenibles”.

Los “viajeros sostenibles”, en su mayoría, pertenecen a las generaciones Milenial, Z o X.

Los “viajeros sostenibles” son aquellos que, durante los últimos seis meses, han renunciado a viajar, en al menos una ocasión, con el objetivo de reducir su huella de carbono. Los mercados emisores en los que se ha percibido un mayor número de cancelaciones de viajes por los motivos expuestos anteriormente son, en primer lugar, Alemania con un 22% de viajes cancelados y Francia y Estados Unidos, ambos con un 18% de cancelaciones por motivos sostenibles. España les sigue de cerca, concretamente en cuarta posición, alcanzando el 17% de viajes cancelados, convirtiéndose en el cuarto país con más viajeros sostenibles, según datos ofrecidos por Criteo.

Fygskam o la vergüenza a volar:

Cada 0,86 segundos despega un avión, siendo este medio, 20 veces más contaminante que un tren, tal y como expone la Universidad Oberta de Catalunya. A modo de ejemplo, en España la distancia entre Madrid y Alicante (360 km) en avión conlleva unas emisiones de entre 43 y 105 kilos de CO2, mientras que las emisiones del trayecto en tren están entre 3,5 y 5,1 kilos de CO2. El tiempo de viaje sólo se reduce en 1 hora y 10 minutos si elegimos el avión como medio de transporte. Estos datos los ofrece El País en su artículo “una hora de avión, dos en tren: la iniciativa ecológica para prohibir los vuelos cortos”.

Algunas de las cifras citadas anteriormente han desencadenado la aparición del movimiento Fygskam, nacido en Suecia y convertido en una tendencia. En el año 2018, uno de cada cinco suecos antepuso el tren al avión como medio de transporte en sus viajes, atendiendo a los datos expuestos por WWF en su barómetro climático.

Tanto el Parlamento holandés como en el francés han propuesto la posibilidad de prohibir los vuelos en distancias cuyo recorrido en tren sea equivalente a 3 horas o menos.

La utilización del transporte ferroviario en distancias cortas es necesaria en pro de nuestro planeta. En cambio, el avión sigue siendo la opción más factible en desplazamientos de larga distancia, lo que motiva a que las aerolíneas continúen trabajando en la reducción de emisiones en sus desplazamientos.

¿Qué medidas sostenibles trabaja el sector turístico?

Como comentábamos al inicio del presente post, el sector turístico juega un papel fundamental en la reducción de los efectos de la actividad en el medio ambiente. En este marco, a continuación, os mostramos algunas de las iniciativas que tanto destinos como empresas turísticas están llevando a cabo:

1. El agua y los plásticos

2. La transición energética

3. La movilidad terrestre 

4. La movilidad marítima, mar y Posidonia

  • Travalyst: asociación global de empresas por la protección del medio ambiente y el desarrollo económico con prácticas de turismo sostenible.

El conjunto de medidas citadas, así como otras que se están adoptando, son imprescindibles ante el reto planteado: dar solución, antes de 2030, a la emergencia climática ante la que nos encontramos. Si no lo hacemos, los efectos serán irreversibles.

¿Qué opináis vosotros sobre esta situación? ¡Os leemos!

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