Si por algo es conocido el pequeño reino de Bután es por buscar la felicidad de sus habitantes. A mediados de la década de los 70 del pasado siglo, su rey Jigme Singye Wangchuck acuñó el eslogan Felicidad Interna Bruta, (Gross National Happiness), en un intento de modernizar un país casi medieval, pero sin perder las tradiciones y la identidad del pueblo butanés. Esta nueva forma de calcular el PIB define desde entonces el modelo de desarrollo del país y se basa en los tres principales valores de la cultura butanesa: felicidad, igualdad de género y preservación medioambiental.
El recientemente fallecido Josep Chías (sirva este post de humilde homenaje) entendía el turismo, y así lo declaró en su libro “El Negocio de la Felicidad” como una actividad que se consume con una sonrisa, pues provoca una expectativa de felicidad.
El turismo es un sector que trabaja para lograr el objetivo de contribuir a incrementar la felicidad de sus clientes. Sin embargo, en España el crecimiento económico y la propia evolución del sector turístico han propiciado que nos olvidemos de ello. España ha dejado de ser ese país que se caracterizaba por su amabilidad, hospitalidad y cultura del detalle. Ahora somos estajanovistas del servicio, hemos perdido ese punto de calidez, de simpatía, de cercanía que nos caracterizaba.
Si pretendemos incrementar la competitividad de nuestra industria turística, además de seguir trabajando por la aplicación de las TIC, la accesibilidad, la seguridad e higiene, la buena gestión, etc. hemos de recuperar ese valor intangible que nos hizo diferentes.
Seamos butaneses, hagamos negocio haciendo felices a nuestros y nuestras turistas.
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Apartamentos vacaciones Desde 13 años
Deberiamos aplicarnos esa filosofia sin duda. A veces se nos olvida que el turismo es cada vez más la búsqueda de experiencias y hay que lograr satisfacer y soprender al turista siempre.
DavidMora Desde 13 años
Hola, gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo. El o la turista es el centro de nuestra actividad, el destino de nuestros esfuerzos y quien finalmente cierra el círculo del trabajo de nuestras empresas turísticas. Sabemos cómo hacerlo, lo hemos hecho durante décadas, recuperemos ese espíritu poniendo en valor el factor experiencial que en España sí podemos ofrecer.
Saludos,
David Mora