En fechas recientes fue noticia en televisión el hecho de que, en Benidorm, los bañistas se quejaban del escaso espacio disponible para su solaz playero. Algunos de los entrevistados achacaban, de manera bastante vehemente, que el exceso de hamacas y sombrillas de pago dejaba poco espacio para el resto de bañistas. Ni uno solo de ellos empatizó o se puso en el lugar del gestor de la playa: el Ayuntamiento de Benidorm.
Los ayuntamientos españoles afortunados de contar con arenales dentro de sus términos municipiales tienen en ellos un arma de doble filo. Gracias a las playas llegan visitantes deseosos de utilizarlas, promotores que invierten en la construcción de hoteles y viviendas, restaurantes, comercios y supermercados….en general, empleo y riqueza para el municipio.
Sin embargo, las playas son también una fuente de gasto importante para los municipios. Todos deseamos contar con playas limpias, duchas que funcionen, servicio de socorrismo, certificaciones de calidad, pasarelas de acceso, servicios para minusválidos…y esto tanto si somos residentes en el municipio, clientes del hotel en primera línea de playa o si venimos de un pueblo cercano y nos traemos el bocadillo y el refresco.
Para que el Ayuntamiento de Benidorm pueda recuperar parte del coste que supone dar esos servicios tiene la potestad, con el visto bueno de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, de otorgar permisos temporales para el uso del dominio público marítimo-terrestre y que empresas privadas monten chiringuitos, bases náuticas o servicios de hamacas y sombrillas de pago. Una forma de hacer sostenible el modelo.
Quizás el problema haya residido en que no se calculó correctamente la capacidad de carga de la playa. Para que el modelo de desarrollo sea efectivamente sostenible, también se ha de tener en cuenta el aspecto social y parece que en este sentido se presentan „roces“. En todo caso, antes de quejarnos, miremos hacia Italia, donde para ir a una playa en condiciones, se ha de pagar.
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Routero Cantabria Desde 11 años
Comparto la exposición, correcto.Llevo años sufriendo el incremento de las “ocurrencias” municipales para recaudar.Pero antes de tomar cada una de tales iniciativas debieran analizar con profesionales otras alternativas.No suele ser lo habitual, el concejal del ramo se obceca en su objetivo y pierde, x tanto, una de los puntos fuertes del Turismo; la Transversalidad, capaz de generar, quizás, esos ingresos q necesita para mantener la playa sin recurrir a perturbar a sus visitantes. saludos
DavidMora Desde 11 años
Hola, muchas gracias por tu comentario. Indudablemente la gestión de un destino turístico debe basarse en una relación fluida entre el Ayuntamiento y los empresarios, y en una toma de decisiones compartida. Sin ese alineamiento de estrategias y acciones lo más probable es que se dispare a objetivos diferentes, sin conseguir al final la pieza deseada. Además, por mi experiencia, cuando al empresariado se le explican las cosas con claridad, hay un rumbo claro y se le da voz y voto, suele estar dispuesto a colaborar económicamente. Muchas gracias de nuevo y un saludo! David Mora